Este 12 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Fibromialgia, un síndrome caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado en los cuatro cuadrantes del cuerpo (superior, inferior, laterales izquierdo y derecho), y acompañado por fatiga, problemas de sueño, pérdida de memoria y de la atención.
Cifras de la Asociación Mundial de Fibromialgia señalan que, en la actualidad, aproximadamente el 6,3% de la población mundial padece esta enfermedad, teniendo una prevalencia mayor, de casi un 75-90%, en mujeres. Sin embargo, en los últimos años han aumentado significativamente el número de diagnósticos en hombres, además también se ha visto en niños y niñas.
En Colombia no hay cifras claras de incidencia de la fibromialgia.
Según explica Jorge Julián Calle Bernal, médico psiquiatra, profesor de la Universidad de Antioquia e investigador de la Clínica del Dolor de la EPS Sura, “es dificil establecer con exactitud el número de personas que padecen de fibromialgia en el país, ya que esta es una afección que en muchos casos es mal diagnosticada”.
Aunque la fibromialgia está clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad de origen reumático, existe un debate científico que considera que esta afección puede implicar su origen en otros aspectos de la salud.
Así también lo piensa el médico psiquiatra Jorge Calle, para quien “el origen de la fibromialgia puede estar relacionada con aspectos psiquiátricos de las personas. Por ejemplo, en una tesis doctoral que presentamos con la psicóloga Liliana López, en Argentina, encontramos que muchos de los pacientes con fibromialgia tienen de base condiciones de ansiedad, depresión y alexitimia (incapacidad para identificar y expresar emociones). Esto nos lleva a creer que puede haber una gran incidencia de las afecciones psiquiátricas en la fibromialgia”.
Existen diversos tratamientos para el tratamiento de la fibromialgia, en cualquier caso, siempre es necesario consultar primero con un médico especialista que diagnostique la enfermedad y recomiende la mejor opción según las características de cada paciente.
Desde lo que se puede hacer sin medicamento, las recomendaciones giran en torno a disminuir el nivel de estrés y/o ansiedad haciendo ejercicio con regularidad, alimentándose saludablemente, durmiendo entre 6 y 8 horas diarias, meditando, entre otros.
Si el médico tratante dispone que la enfermedad debe tratarse con medicación, los antidepresivos, ansiolíticos y relajantes musculares seguramente estarán entre las opciones de la fórmula médica.